Formo parte de una generación de directivos que vive su primera crisis. Es verdad que la experiencia obliga a agudizar el ingenio o a prestar más atención a la gestión de la empresa para mejorar la gestión financiera, de RRHH, comercial, y otros tantos aspectos. Como no hay mal que por bien no venga, la crisis está sirviendo a las empresas que tenemos la fortuna de estar sobreviviendo a mejorar su gestión y su eficiencia. Ahora, sólo deseo que, una vez realizado el master de la crisis, la crisis termine cuanto antes mejor, que los brotes verdes florezcan de verdad y que pueda poner en práctica todo lo que he aprendido en este periodo.
Nuestra literatura clásica nos muestra con acierto e ingenio que el hambre agudiza la capacidad humana, fíjense como el Lazarillo de Tormes se las componía para salir adelante en la adversidad, ahora bien, llega un día en el que uno se cansa de trabajar sólo para mantenerse a flote o subsistir y te entra un ataque de nostalgia de los años en los que hacer negocios era posible y la confianza, base de cualquier proceso económico de bonanza, regía el código de los negocios en Catalunya.
Siempre es bueno tener visión a medio y largo plazo, ¿A dónde quiero dirigir mi empresa¿ ¿Cuál es mi mercado? ¿Por dónde evolucionar? Pero en épocas de dificultad extrema como la actual, disponer de una hoja de ruta, objetivos claros y contar con dosis equilibradas de audacia y prudencia, son claves para que una empresa pueda pasar con éxito la denominada tormenta perfecta que estamos viviendo. ¿Si esto es así en la empresa, ¿por qué no sigue el mismo camino la administración?
Han enterrado el viejo modelo productivo y han consagrado un nuevo modelo verde, ecológico y sostenible, pero aún no lo han definido. Han frenado tres meses con el plan E la escalada del paro, pero lo han hecho a coste de incrementar el déficit y por lo tanto de prolongar los meses de destrucción de empleo. Subsidian a casi todo el mundo pero no apuestan por la concertación social con la patronal ni escuchan a la OCDE, al FMI, a la CE ni a los gabinetes de estudios de la banca cuando les piden una reforma del mercado laboral para crear empleo.
¿Se acuerdan ustedes cuando sacaban pecho por haber adelantado a Italia en PIB per cápita? Precisamente en Italia, país del mundo avanzado que más gobiernos ha tenido desde la II Guerra Mundial. Cuando escuchas a sus empresarios, te cuentan que han sobrevivido a la mafia, a los gobiernos incompetentes y a los corruptos a base de ignorar a la administración. Hoy, en crisis como todo el mundo, pero sufren menos porque su tejido de PYMES es infinitamente más tupido que el nuestro, quizás, lamentablemente haya llegado la hora de seguir su ejemplo.
La futura subida de impuestos es, para finalizar, el remate al desconcierto, supone el traspaso directo de recursos desde el tejido productivo hacia grupos que precisan de solidaridad, pero que nada pueden aportar para salir de la crisis.
Nuestra literatura clásica nos muestra con acierto e ingenio que el hambre agudiza la capacidad humana, fíjense como el Lazarillo de Tormes se las componía para salir adelante en la adversidad, ahora bien, llega un día en el que uno se cansa de trabajar sólo para mantenerse a flote o subsistir y te entra un ataque de nostalgia de los años en los que hacer negocios era posible y la confianza, base de cualquier proceso económico de bonanza, regía el código de los negocios en Catalunya.
Siempre es bueno tener visión a medio y largo plazo, ¿A dónde quiero dirigir mi empresa¿ ¿Cuál es mi mercado? ¿Por dónde evolucionar? Pero en épocas de dificultad extrema como la actual, disponer de una hoja de ruta, objetivos claros y contar con dosis equilibradas de audacia y prudencia, son claves para que una empresa pueda pasar con éxito la denominada tormenta perfecta que estamos viviendo. ¿Si esto es así en la empresa, ¿por qué no sigue el mismo camino la administración?
Han enterrado el viejo modelo productivo y han consagrado un nuevo modelo verde, ecológico y sostenible, pero aún no lo han definido. Han frenado tres meses con el plan E la escalada del paro, pero lo han hecho a coste de incrementar el déficit y por lo tanto de prolongar los meses de destrucción de empleo. Subsidian a casi todo el mundo pero no apuestan por la concertación social con la patronal ni escuchan a la OCDE, al FMI, a la CE ni a los gabinetes de estudios de la banca cuando les piden una reforma del mercado laboral para crear empleo.
¿Se acuerdan ustedes cuando sacaban pecho por haber adelantado a Italia en PIB per cápita? Precisamente en Italia, país del mundo avanzado que más gobiernos ha tenido desde la II Guerra Mundial. Cuando escuchas a sus empresarios, te cuentan que han sobrevivido a la mafia, a los gobiernos incompetentes y a los corruptos a base de ignorar a la administración. Hoy, en crisis como todo el mundo, pero sufren menos porque su tejido de PYMES es infinitamente más tupido que el nuestro, quizás, lamentablemente haya llegado la hora de seguir su ejemplo.
La futura subida de impuestos es, para finalizar, el remate al desconcierto, supone el traspaso directo de recursos desde el tejido productivo hacia grupos que precisan de solidaridad, pero que nada pueden aportar para salir de la crisis.
PUBLICADO EXPANSION 23/09/09
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