lunes, 13 de octubre de 2008

¿CREES EN LOS EMPRENDEDORES ?

Aplaudimos las nuevas ideas, nos gusta manifestar nuestro apoyo a los jóvenes para que hagan carrera en el mundo emprendedor; sociedad, políticos y mundo empresarial coinciden en afirmar la importancia de dedicar tiempo y recursos a seguir manteniéndonos en la cresta de la ola en cuanto a creación de empresas.

Hasta aquí todo correcto, sin embargo, en ocasiones entramos en un sistema perverso: aquellos que apostaban por los emprendedores, que los reconocen como algo necesario y bueno para la economía, luego no confía en ellos para contratar sus servicios. El motivo principal que es la falta de experiencia de su empresa ¡Claro que no tiene experiencia! Son nuevos y como tales no han tenido todavía tiempo de acumular grandes carteras de clientes que avalen su capacidad. Y aquí nos quedamos muchas veces, en la inexperiencia, sin contar con que existen otras muchas cosas que los jóvenes emprendedores pueden aportar.

Alguien que ha montado una empresa posee ya de por sí cuatro valores fundamentales que aportar: es una persona con iniciativa que no sólo ha tenido una idea y la ha puesto en marcha con valentía, sino que ha sido capaz de hacerlo demostrando ser lo suficientemente tenaz como para superar las muchísimas dificultades que comporta (recordemos que España es el país de la Unión Europea donde hay que realizar más trámites para la creación de una empresa). Es una persona ilusionada que pondrá toda su voluntad en hacer que todo funcione correctamente, mimando cada detalle, sin caer en errores fruto de un exceso de confianza que provocan los años. Por último, es una persona creativa, innovadora que no hará las cosas de la manera establecida, si no que sabrá buscar nuevas soluciones que respondan a las necesidades de sus clientes o de su propia empresa. Cuatro cualidades capaces de mover voluntades y difícilmente vulnerables que ofrecen garantías suficientes convirtiendo a las empresas que las poseen en buenos lugares en los que depositar nuestra confianza. Además, poco a poco ya irán sumando experiencia.

Nuestros emprendedores no sólo necesitan que se atienda a sus necesidades en el momento de crear la empresa, necesitan también que se deposite en ellos un voto de confianza, que puedan demostrar que aquello en lo que creen puede funcionar, que tirará adelante, que será capaz de hacerse en hueco en el mercado. Si aplaudimos las nuevas ideas también hay que apoyarlas cuando necesitan de nosotros para seguir adelante, no hace falta ser muy sabio para darse cuenta que si nadie nos da una oportunidad nunca adquiriremos la experiencia que se nos reclama.

No hay que olvidar que todos, incluidas las grandes empresas, hemos sido en algún momento pequeños empresarios que hemos necesitado la confianza de alguien.



PUBLICADO EXPANSION 13/10/08