lunes, 15 de febrero de 2010

PRIMERA OPORTUNIDAD


Muchos de los grandes genios murieron sin ver triunfar su sueño. Biada, el impulsor del primer tren de España se arruinó, Graham Bell si viera hoy lo que hace Steve Jobs con un teléfono se le saldrían los ojos de las órbitas. A lo largo de la historia siempre los emprendedores han tenido algo de locos incomprendidos, hoy propongo terminar con eso.

Hoy en día, más que nunca, los emprendedores estamos de moda, todo el mundo quiere hacerse una “foto” con nosotros, queda bien: gente joven, que arriesga, se sacrifica, crea riqueza y empleo para el país. Los Premios para jóvenes emprendedores proliferan como setas, pero al profundizar todo queda –excepto en honrosas excepciones- en una operación de marketing superficial.

Políticos, representantes institucionales, Presidentes de grandes compañías, todos dicen que somos el futuro, que están ahí para ayudarnos y nos animan a seguir adelante. ¿Qué necesitáis? - nos preguntan, ¿en qué os podemos ayudar?

Nosotros les decimos: Contraten con nuestras empresas, dénos una oportunidad. Ahí empiezan problemas, tenemos que estar calificados para concursos públicos, con una facturación mínima y una antigüedad de empresa, nos piden referencias, con qué grandes empresas trabajamos.. y eso, una empresa nueva que empieza, no lo tiene.

Necesitamos oportunidades. Nuestras empresas son jóvenes, sí, pero como los espontáneos del toreo o los futbolistas de la cantera, al llegar al primer equipo tenemos ganas de hacer cosas y hacerlas bien. No tenemos experiencia comercial pero sí la de haber empezado sin ningún cliente. No tenemos una gran facturación, pero somos líderes en ganas, en constancia y trabajo, nuestra referencia somos nosotros mismos y todas las personas a las que hemos involucrado en el proyecto.

Si tan importantes somos, necesitamos que se apueste de verdad por nosotros, que se nos permita concursar en licitaciones públicas, que las grandes empresas apuesten por nosotros. Si todos reservásemos una parte de la partida de compras a gente que empieza, se consolidarían muchas más empresas que ayudarían, en parte, a salir de la situación actual.

Diversos estudios ponen de manifiesto el creciente tiempo y consiguiente gasto que las empresas se ven obligadas a destinar a temas de orden administrativo. En estas condiciones, los emprendedores, que contamos con una estructura obligatoriamente ligera, no tenemos posibilidades de competir con las grandes empresas. Hay que simplificar las tramitaciones para que las empresas de emprendedores puedan participar y para que los convocantes puedan centrarse en la evaluación de las propuestas y no se pierdan en el bosque del papeleo.

Podría parecer a primera vista que mi idea es intervencionista, nada más lejos de la realidad, fomenta la competencia, abre el mercado, permite el acceso de todos a contratos y concursos.




PUBLICADO EXPANSION 15/02/10