miércoles, 12 de mayo de 2010

EMPRENDER O MORIR

El año pasado se crearon en Catalunya algo menos de 15.000 empresas, un 25% menos que en el año anterior y desaparecieron algo más de 5.000, un dato que incrementó de forma considerable en relación al año anterior. Detrás de la fría estadística hay la angustia, las esperanzas y los problemas cotidianos que viven miles de personas, autónomos la mayoría de ellos, y trabajadores que ponen la ilusión en un trabajo, en una empresa nueva o viven en primera persona el cierre de un negocio.

La tupida red empresarial de PYMES es un rasgo característico de Catalunya. Datos de un estudio del Colegio de Economistas ponen de manifiesto que en Catalunya tenemos más empresas, afortunadamente, que entre Finlandia, Noruega o Dinamarca juntas o el doble que países de la importancia de Bélgica o Suecia. Eso sí, nuestras empresas son muy pequeñas en comparación a los países de nuestro entorno, sólo un 22 % factura más de un millón de € por un 57% en Dinamarca o 40% en Bélgica.

La vida media de una empresa en Catalunya es de diez años, por lo cual es imprescindible, para poder salir de la actual situación económica, impulsar lo que podríamos denominar una “tasa de reposición” de creación de empresas que nos permita hacer crecer el número de empresas que se crean en nuestro país por encima del número de empresas que desaparecen. Obviamente si además las empresas creadas son en sectores de interés e innovadores tanto mejor, pero lo primero es crear las condiciones para fomentar vocaciones empresariales y facilitar el camino a los emprendedores. Es el camino para crear empleo.

Kenneth Paul Morse, del centro de Emprendedores del MIT, afirmaba hace poco que en California se precisaban 20 $ y 20 minutos para crear una empresa, aquí esto suena a ciencia ficción. Las tan anunciadas ventanillas únicas chocan contra el celo de las administraciones por controlar sus propias competencias: seguridad social, hacienda, administración local y autonómica hablan lenguajes y tienen recorridos administrativos distintos –excepto para cruzar datos de hacienda-, no hablemos ya de la imposible coordinación entre administraciones autonómicas.

Se ha avanzado algo en los últimos tiempos; a nivel de imagen, los emprendedores estamos de moda, todo el mundo busca fotos con nosotros. Ahora hay que dar pasos para pasar de la imagen a la realidad. Crear condiciones económicas, pero sobre todo reconocer socialmente la labor del emprendedor es una misión en la que la administración y los líderes sociales tienen un papel vital.

Muchas de las empresas que han desaparecido no se volverán a constituir pero se debe hacer todo lo posible para que surjan nuevas empresas y no cortar las alas a los emprendedores. Y es que en las manos de los emprendedores está en gran medida nuestro futuro.


PUBLICADO EN EXPANSION 12/05/10