En septiembre de 2015 la Asamblea General
de la ONU fijó la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, haciendo así un llamamiento universal a la adopción de
medidas para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y garantizar que todas
las personas gocen de paz y prosperidad. La Agenda plantea 17 Objetivos que
abarcan las esferas económica, social y ambiental. Hoy, casi dos años después de
su nacimiento, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) están en la agenda
de los líderes mundiales, pero ¿qué se está haciendo desde el ámbito
empresarial para su adopción?
Aunque a priori los ODS nos parezcan un
asunto muy lejano, algo ajeno a nuestras posibilidades, estoy convencido de que
pueden llegar a ser un éxito en 2030 si desde todos los ámbitos -gobiernos,
empresarios, ciudadanos- nos implicamos y trabajamos en la misma dirección. Lejos de ver los Objetivos como una meta
inalcanzable, debemos preguntarnos cómo puede nuestra empresa alinearse con
ellos. De hecho, es más que probable que una empresa, aunque sin saberlo,
ya esté contribuyendo a alguno de los objetivos. Ahora es el momento de dar un
paso más, pues todos tenemos algo que aportar desde nuestro ámbito de actuación.
Una empresa de servicios, por ejemplo,
poco podrá hacer para ayudar a conservar los océanos y los recursos marinos
(objetivo 14), pero sí que podrá contribuir a combatir el cambio climático
(objetivo 13) actualizando su flota de vehículos a modelos híbridos o eléctricos
y sensibilizando a sus empleados acerca del reciclaje. En esta línea, los empresarios debemos tomar los ODS como
una guía para adaptar las prácticas y procesos de la compañía de manera que
contribuyan a un desarrollo sostenible, cada uno a su nivel.
La clave está en cambiar el chip y
empezar a ver el desarrollo sostenible como una inversión en vez de un coste. Alinearse
con los ODS no tiene por qué suponer un sobrecoste, sino que puede incluso suponer
un ahorro que se traslade a una mayor competitividad. Virar hacia un modelo de
empresa más sostenible revertirá siempre de manera positiva en la compañía, ya
sea por generar mayor bienestar entre la plantilla o porque se convierta en el
factor diferencial respecto a la competencia. La cuestión es preguntarse cómo
puede contribuir tu empresa al desarrollo sostenible.
En Grupo SIFU nos hicimos esa pregunta y
vimos que había muchos puntos en común con nuestro ADN empresarial y nuestras
políticas internas. El ODS número 3 reza “garantizar una vida sana y promover
el bienestar para todos en todas las edades”, una meta que nosotros perseguimos
a través de un programa de hábitos saludables dirigido a nuestra plantilla. Sus
dos ejes centrales son la alimentación saludable y la práctica regular de
ejercicio, que desarrollamos con acciones sencillas pero efectivas, como el
reparto semanal de fruta entre todos los trabajadores, cursos de yoga, charlas
sobre nutrición o poniendo a disposición de nuestro equipo un masajista.
También trabajamos para garantizar una
educación inclusiva y lograr la igualdad a través de programas de conciliación
de la vida familiar y laboral y políticas específicas para mujeres. Pero son
especialmente los objetivos centrados en el crecimiento económico inclusivo y
sostenible y en la reducción de la desigualdad los que más convergen con
nuestro día a día y nuestra filosofía empresarial. Como centro especial de
empleo con más del 85% del personal con discapacidad, nuestra razón de ser es
la creación de empleo para un colectivo vulnerable como son las personas con diversidad
funcional. En 2016 se crearon más de 400 nuevos puestos para personas con
discapacidad y para 2017 se prevé la creación de 350 más. Además, a través de
numerosas iniciativas de sensibilización y normalización, perseguimos el
objetivo de la plena inclusión del colectivo en la sociedad.
Y tú, ¿ya te has preguntado cómo puedes
contribuir al desarrollo sostenible?
1 comentario:
Totalmente de acuerdo. No se debe abarcar mucho pues de esa forma se aprieta poco; dos o tres objetivos claros son más que suficiente. Un abrazo Cristian.
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